Hace poco nos dejó Moebius, y ahora lo ha hecho otro de los grandes del comic. No influyó en los dibujantes como Moebius por su técnica, pero nos marcó definitivamente con su aventura editorial. En nuestro país hay un antes y un después de El Víbora, mucho más significativo que el antes y el después de tal o cual dibujante. No sólo publicaba cosas nuevas y diferentes, sino que encima tenía éxito.
Toda una generación de dibujantes se profesionalizó -le debemos al gran Max, entre otros- gracias a la revista de 'comix para supervivientes' que, haciendo honor a su nombre, vio cómo fueron desapareciendo todas las demás (excepto El Jueves, aunque hay filósofos aún decidiendo si es comic o humor gráfico), convirtiéndose así en uno de los dos únicos refugios posibles para los dibujantes españoles.
¿Y qué somos los que quedamos, sino supervivientes? El Víbora nos enseñó a amar nuestro oficio de una manera a veces masoquista, y sobrevivir. Nos envenenó y nos dio el antídoto.
En mi caso particular, Josep Maria Berenguer me dijo una vez en Angoulême que le gustaba lo que yo hacía, y me pidió que le mandara alguna historieta, pero con sexo y violencia. Me lo pensé, pero no me interesaba lo suficiente. Sin embargo, aquello había echado raíces, y cuando convocaron su tercer concurso internacional de comics, les mandé la historieta que resultó premiada, y que no era otra que... Los Repartidores de Cerveza, con humor, sexo y violencia. Así nacieron estos personajes, gracias en gran parte a él.
Gracias por haber sido tan amable, amigable y generoso. Me alegro de habérselo dicho en persona hace pocos meses, sin saber que sería nuestro último encuentro.
28.4.12
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